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Técnicas de soldadura del aluminio: el método MIG

El procesamiento del aluminio ofrece muchas oportunidades en diversos sectores debido a sus características únicas, como su ligereza, resistencia a la corrosión y conductividad térmica y eléctrica. Sin embargo, la soldadura del aluminio puede resultar especialmente complicada, debido principalmente a su baja temperatura de fusión y a la formación de óxidos superficiales. Entre las distintas técnicas de soldadura disponibles, el proceso MIG (Metal Inert Gas) destaca por su eficacia y rapidez para conseguir uniones de calidad. En este artículo, analizaremos más de cerca el proceso MIG y sus aplicaciones en la soldadura del aluminio.

El proceso MIG en la soldadura del aluminio

El proceso MIG, también conocido como GMAW (Gas Metal Arc Welding), es un método de soldadura por arco que utiliza un hilo continuo como metal de aportación y un gas inerte o semiinerte para proteger la zona de soldadura de la oxidación y la contaminación atmosférica. Cuando se suelda aluminio, se suele utilizar argón como gas de protección, ya que garantiza una buena estabilidad del arco y evita la formación de porosidad en el cordón de soldadura.

Ventajas del proceso MIG para la soldadura de aluminio

Las principales ventajas del proceso MIG en la soldadura de aluminio son:

   - Velocidad de soldadura: el proceso MIG permite obtener uniones de forma rápida y con una elevada productividad, debido a su carácter continuo y automatizable.
    - Buena calidad de la unión: el uso de gas inerte y la estabilidad del arco permiten limitar la formación de óxidos y porosidad en el cordón de soldadura, garantizando así una buena resistencia mecánica de la unión.
    - Amplia gama de espesores soldables: el método MIG permite soldar aluminio de diferentes espesores, desde algunas décimas de milímetro hasta varios centenares de milímetros.

Técnicas de soldadura MIG para aluminio

Para conseguir resultados óptimos en la soldadura de aluminio por el método MIG, es fundamental seguir ciertas pautas operativas y adoptar las técnicas más adecuadas. A continuación enumeramos algunos aspectos básicos a tener en cuenta durante el proceso de soldadura MIG en aluminio.

Limpieza y preparación de superficies

Es esencial limpiar a fondo las superficies de aluminio antes de soldar, eliminando cualquier rastro de suciedad, grasa, pintura u óxidos superficiales. Este paso es crucial para garantizar una buena adherencia del cordón de soldadura y evitar la formación de porosidades o defectos en la unión. Las superficies pueden limpiarse mediante cepillado, desengrasado con disolventes o tratamientos químicos específicos.

Elección del material de relleno

La elección del material de aportación es otro factor crítico para conseguir resultados satisfactorios en la soldadura MIG de aluminio. En general, es aconsejable utilizar alambres de aluminio aleados con silicio (por ejemplo, 4043) o magnesio (por ejemplo, 5356), en función de la composición química del material base y de las propiedades mecánicas requeridas para la aplicación final.

Ajuste de los parámetros de soldadura

Para conseguir una soldadura eficaz del aluminio mediante el método MIG, debe prestarse especial atención al ajuste de los parámetros de soldadura, como la tensión, la corriente, la velocidad del hilo de aportación y el caudal de gas de protección. Algunos consejos prácticos para ajustar los parámetros son:

    - Utilice una tensión más alta que al soldar materiales férricos, para compensar la mayor resistencia eléctrica del aluminio y favorecer la penetración del cordón de soldadura.
    - Ajuste una corriente adecuada para el avance del hilo, a fin de evitar la inestabilidad del arco y garantizar una buena fusión del material de aportación.
    - Ajustar la velocidad del hilo de aportación en función del espesor del material base y de las características del propio material de aportación, para evitar problemas de alimentación o quemaduras en el cordón de soldadura.
    - Mantener un flujo constante de gas de protección durante toda la soldadura para garantizar una buena protección contra la oxidación y la contaminación atmosférica.

Alternativas al proceso MIG: soldadura TIG y soldadura fuerte

Además del método MIG, existen otras técnicas de soldadura adecuadas para el aluminio, como la soldadura TIG (gas inerte de tungsteno) y la soldadura fuerte. La soldadura TIG es especialmente adecuada para trabajos de precisión en materiales finos y para aplicaciones que requieren una gran calidad estética de las uniones. La soldadura fuerte, por su parte, es un proceso a baja temperatura utilizado para unir piezas de aluminio sin fundir el material base, aprovechando la capacidad de los óxidos superficiales del aluminio para adherirse a aleaciones específicas de soldadura fuerte. Cada una de estas técnicas presenta diferentes ventajas e inconvenientes en comparación con el proceso MIG, por lo que es aconsejable evaluar cuál es la más adecuada en función de las necesidades específicas de cada aplicación.
 

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